El bajo nivel de actividad en las redes sociales puede evidenciar de que el usuario tiene algo que ocultar y ser motivo de sospecha. La historia de James Holmes, el asesino de Denver, al igual que el de Anders Breivik, han inspirado a un psicólogo alemán a crear una extraña hipótesis sobre el uso de las redes sociales. El hecho de que ambos agresores no tuvieran una alta actividad en las redes sociales llama la atención del psicólogo alemán Christoph Muller.
Según señala, eso podría denotar aspectos ocultos de la personalidad e incluso ser indicio de una conducta antisocial y peligrosa.
