El presidente estadounidense Barack Obama inauguró el viernes por la noche la cumbre del G8, que debe centrarse en la crisis de la deuda europea, en Camp David, a 100 km al noroeste de Washington.
En este primer encuentro de la cumbre que durará hasta el lunes, Obama recibió, en atuendo casual, a los dirigentes de la Unión Europea, José Manuel Barroso y Herman van Rompuy, así como a los líderes de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia.
El flamante presidente francés, François Hollande, fue el último en entrar a la residencia campestre presidencial.
Los participantes a la cumbre participarán esta noche de una cena de trabajo en la que tratarán los temas urgentes de la esfera internacional, especialmente el programa nuclear de Irán y Corea del Norte, así como la sangrienta sublevación contra el régimen sirio.
El sábado, los dirigentes se reunirán para tratar la crisis de la deuda europea y la cuestión de la seguridad alimentaria.
