La Fuerza Aérea atacó un campo de entrenamiento de Hamás, en respuesta a la ola de cohetes disparados contra el sur de Israel, desde ese enclave costero. Pero fuentes médicas palestinas informan que las esquirlas volaron hacia las viviendas cercanas, produciendo la muerte de un civil y heridas a otras trece personas, en su mayoría mujeres y niños.
Previamente, grupos palestinos habían atacado con cohetes el sur de Israel en respuesta a un bombardeo focalizado contra dos presuntos terroristas que se movilizaban en un automóvil cerca de la ciudad de Gaza.
El Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) dijo que los operativos ultimados estaban tramando un ataque contra el sur del país, desde la península de Sinaí en Egipto.
Anticipando la represalia, Tzáhal elevó el nivel de alerta en los alrededores de Gaza, e instó a los habitantes del sur a permanecer dentro de sus hogares. Un cohete Kassam explotó en el Consejo Regional Sdot Hanegev, y otro cayó poco más tarde en Netivot.
La policía dijo que ambos proyectiles se abatieron ayer en zonas descampadas del Néguev occidental.
Un tercer cohete explotó cerca del mismo sitio, en el Consejo Regional Eshkol, también a campo abierto.
Al menos un cohete de tipo Grad fue disparado contra Beer Sheva, pero se desplomó en las afueras de la ciudad.
Otros dos cohetes cayeron al sur de Ashkelon, poco antes de la medianoche.
Un total de siete cohetes fueron disparados desde Gaza, pero no se reportó ni de víctimas ni de daños materiales en ninguno de los ataques.
Uno de los hombres abatidos por el ataque de una aeronave israelí, Ismail Batash, de Gaza, fue identificado como un alto cabecilla de la Brigada de los Mártires de Al Aksa de Fatah. Batash también era miembro del "Ejército de los Creyentes", un grupo vinculado a Al Qaeda con sede en la Franja de Gaza.
Tzáhal precisó que Batash había estado involucrado un atentado, ejecuta en 2007, en el que un terrorista suicida se infiltró en Eilat desde el Sinaí, y se hizo explotar en una panadería asesinando a tres israelíes. También había participado en la trama de otros varios atentados que fueron frustrados.
El vocero de Hamás, Fawzi Barhum, dijo que el ataque de Tzáhal era un crimen.
Barhum llamó a Egipto y a las Naciones Unidas a intervenir inmediatamente y presionar a Israel para que "detenga los ataques". También acusó a Estados Unidos de financiar y apoyar militarmente lo que él denominó "crecientes crímenes de la ocupación contra el pueblo palestino".