Estamos en mantenimiento....
1212

Shavuot: la fiesta de las semanas

Shavuot es la parada en el camino de lo moral y de la vida. Para saber "de donde provienes y hacia donde te diriges".

Arribamos al final de un tiempo que ha sido "tenido en cuenta", de acuerdo a la tradici�n b�blica: el tiempo de la "Cuenta del Omer", periodo de siete semanas o 49 dias contabilizados a partir de la segunda noche de Pesaj.

Es decir, hemos tendido un puente en el tiempo propiamente dicho, un puente compuesto con uno de los materiales m�s conocido por nosotros, a saber: un d�a, una semana, hasta arribar al tiempo total antes establecido.

Sabemos, como personas, la dimensi�n de un d�a. Entendemos, como seres humanos, el correr de los mismos, haci�ndose semanas. Y hasta all� nos pide llegar la tradici�n jud�a: no avanzar hacia meses, ni siquiera hacia los a�os, porque ellos presentan una realidad a veces distante, otras, distinta.

As� es que llegamos a esta nueva celebraci�n contando -como dijimos- noche tras noche, los d�as y semanas del "Omer". Tiempo que nos acerca a un lugar, nos eleva hacia una monta�a, nos invita a prestar oidos y poner nuestro coraz�n al servicio de un instante �nico, irrepetible y, por sobre todo, trascendente. Shavuot, la fiesta de este tiempo transcurrido de d�as/semanas, nos regala un presente de manos del Creador: Su Tora, por medio de Su Palabra, traducida como los Diez Mandamientos.

As� es que llega el 6 de Sivan, en el calendario hebreo. Cincuenta d�as no mas desde aquella noche egipcia que puso fin a siglos de oscuridad en la existencia del pueblo jud�o. El camino por el desierto ten�a un prop�sito, por cierto. No ser�a el errar ni la perdici�n , el proyecto Divino. No. Eso dejemoslo a los historiadores que no pueden avanzar m�s que sus propias geograf�as y confunden -cual extraviado en las arenas del mediodia- el designio de lo Divino frente al especular humano.

La salida del Egipto fara�nico ten�a una meta: "Env�a a Mi pueblo" era el "grito de batalla" elevado por Mosh�. Pero all� no conclu�a el clamor: el vers�culo posee otro final: "Veiaabduni", o sea "Para que Me sirvan a Mi", hablaba el Todopoderoso por boca de su enviado.

"Servir a D-s" significaba abandonar por siempre la esclavitud egipcia para ingresar a otra suerte de servicio: a D-s, el D-s de Abraham, Itsjak e Iaacov... Tal como afirmaba el poeta y sabio judeoespa�ol, Rabi Iehuda haLevi: "El esclavo de esclavos, es esclavo por la eternidad; solo el que sirve a D-s es el hombre verdaderamente libre".

La cima del Monte Siani ser�a el punto de partida. La mas peque�a de las monta�as, al decir de los sabios. El Todopoderoso no requiere de grandes alturas para presentarse ante el hombre.

"Y esta te ser� a ti por se�al", hab�a advertido entonces D-s a un incr�dulo Mosh� en los proleg�menos de su misi�n. "Al salir este pueblo de Egipto, Me servir�n a Mi en esta monta�a". Mosh�, entonces, permanec�a imp�vido ante lo inexplicable. No comprend�a. Segu�a absorto en su visi�n. Escuchaba mas no entend�a. Todo lo ve�a, pero aun deber�a entender. Por entonces su gran pregunta era: "�Por qu� la zarza -que ard�a en fuego- no se terminaba de consumir?"

Estaba frente a ese arbusto peque�o, ardiendo en el fuego. Era el comienzo de su noble mandato. Liberar a Israel. Conducirlo hasta los pies de esa monta�a. Abrevar a esa multitud de Palabras. Palabras de vida, orden moral, sentido �tico. Palabras de la Tora. Cincuenta d�as despu�s de salir de Egipto, se acercaba el tiempo de Matan Tora.

As� es como Shavuot, la Fiesta de las Semanas, privilegia con este su primer nombre, el sentido mismo del Tiempo, sentido primero y excluyente para el esclavo liberado. Sin tiempo propio, sin el dominio de mi propio tiempo, toda imagen de liberaci�n es solo una realidad virtual.

Salir de Egipto debe ser parte de la realidad. En cada generaci�n, en cada �poca, a cada instante, el hombre debe verse a si mismo como si el mismo estuviera saliendo de Mitsraim. Ejercicio f�sico, por un lado; din�mica espiritual, por el otro. Solo teniendo en cuenta al tiempo -dominio terrenal del hombre- es que se puede arribar a Shavuot = Tora, en nuestra ecuaci�n.

"Y debes saber que no es verdaderamente libre sino aquel que se dedica al estudio de la Tora", aseveraban los maestros de la Tradici�n Oral, en el Tratado de Avot.

As� es que llega Shavuot. No privilegiando el paso del tiempo sino mi paso por el tiempo, que es sensiblemente diferente...

La tradici�n lit�rgica, en el Ritual de Oraciones, nos sugiere un nombre m�s para la festividad: "Zeman Matan Toratenu", es decir "Tiempo de Entrega de Nuestra Tora". Vuelve aqu� tambi�n nuestro vinculo inclaudicable con el Tiempo. Pero ya no solo con el nuestro: al tiempo terrenal, humano, se "le suma" otro, el Celestial, Divino

Ciertamente no ser�n coincidentes. Al decir del rey David en sus Salmos: "...Mil a�os son ante Ti como un d�a que ha pasado". �Vaya si son diferentes de acuerdo a esta percepci�n! �Un d�a de D-s equivale a mil nuestros, en el pensar del monarca! Y ese Tiempo Celestial se asocia a una Entrega: la Tora, Celestial tambi�n ella. La tradici�n jud�a ancestral acu�o una frase: "Tora min haShamaim", que significa "la Tora proveniente de los Cielos", adjudic�ndole a la misma la autoria del Creador. Asi lo revela el texto b�blico, al referirse a las Primeras Tablas de la Ley: "Y las Tablas, de Piedra eran, y la Escritura, Escritura Divina, grabada sobre las piedras". Material y Escritura Divinas.

Sin embargo, el nombre en la plegaria hace saber el destino: Matan = Entrega; Toratenu = de Nuestra Tora... Una vez descendida de los Cielos -dar�an a entender los sabios- pertenecer�a al reino de lo terrenal, habitaria entre los hombres para no regresar mas a su recinto de Santidad.

Shavuot es tiempo de Entrega de la Tora. En el mes de Sivan, tercero del calendario. A cincuenta d�as de la liberaci�n de Egipto. Servir a D-s significar�a para esa naci�n de esclavos, escuchar -todos y cada uno de acuerdo a su potencia- lo primero, lo esencial, lo sublime: "Yo soy HaShem, Tu D-s, que te he liberado de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud".

Ante todo debo saber quien soy, de donde provengo. Y la Tora lo deja bien claro desde un principio. El segundo paso es saber donde me dirijo. La elocuencia del Sinai, alli en medio de la Entrega de la Tora, no tarda en pronunciarse: "No tendr�s otros dioses delante de Mi..."

Haber dejado atras la esclavitud, presupone el ejercicio de mi libertad f�sica y, por sobre todo, espiritual, por eso es que mis pasos deben dirigirse hacia lo sublime, lo eterno. No hay posibilidad para la idolatr�a en el hombre libre, pareciera insinuar nuestra Tora. Y si hay lugar para la idolatr�a, entonces pensemos a qu� tipo de libertad hemos llegado y alcanzado.

Shavuot, la Fiesta de las Semanas, propone un saber: de donde vengo, y un conocer: hacia donde voy...

Es por ello que me habla de Matan = Entrega de la Tora. No se menciona la recepci�n. No escuchamos en las fuentes aquello de un "Tiempo de Recibir Nuestra Tora". �Por qu�? nos preguntamos. Nuestros maestros -de bendita memoria-lo respondieron: la Sagrada Tora fue entregada una sola vez, no m�s. Recibirla se la puede y se la debe recibir todos los d�as, todos los tiempos...

Esta idea, un principio de la cosmovisi�n rab�nica referente a la Tora, su estudio y su asunci�n como cosa individual y colectiva, responde en parte a la pregunta de Moshe, en el mismisimo Monte Sinai, que a�n permanece formulada: "�Por qu� es que no se consume el arbusto?" El fuego que arde sin consumirse es como el alma de cada hombre. Cuando ese hombre intenta alcanzar la dignidad, la gloria, la majestuosidad que le fue conferida desde que fue creado por el Creador, entonces se aviva el fuego, perdura mas alla de los limites establecidos, y es entonces, cuando libre, se aproxima a escuchar la Palabra del Creador. Es entonces, cuando libre, que transita por los caminos de la Creaci�n.

Caminos que el rey Salom�n en sus Proverbios defin�a, cuando de Tora hablaba: "Sus caminos, son caminos agradables; y todas sus sendas conducen a la paz..."

“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente, por internet. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”.